17 dic 2010

::Maruja Mallo mitad angel mitad marisco- rebelde pintora de la generación del 27.::

Todos conocemos a Frida Khalo y nadie conoce a Maruja Mallo.¿Qué ha pasado en España con la dictadura, que aún no se reconoce a sus pintores de vanguardia, de los años 30.? A una mujer rompedora y rebelde, una mujer que se rie en su epoca de los valores asociados a su género.

Los dioses han creado a la mujer
para las funciones de dentro, al hombre para
todas las demás. Los dioses la ha colocado en
el interior porque soporta menos bien el frío, el
calor y la guerra. Para las mujeres es honesto
el permanecer en casa y deshonesto el salir
fuera; para los hombres sería vergonzoso el
quedarse encerrado en su casa y no ocuparse
de lo que ocurre fuera.
Jenofonte

Pero a ti Maruja esto te daba igual, tu a la calle...a romper los moldes.



Maruja Mallo (Viveiro 1902-Madrid 1995). Nació el mismo año que Luis Cernuda y Alberti de los cuales también hice entrada, y coinciden los tres en 1902. Lo curioso es que Mallo decía que había nacido en 1909 para parecer más joven, por que pensaba que si erá más joven su arte sería tomado más en cuenta, o quizás por coquetería por jugar  a inventarse algo de su vida. Está pintora pertenece a la generación del 27, surrealista, todos en aquella época quedaron fascinados y se adscribieron al surrealismo. Maruja Mallo también estaba allí y no había oido hablar de ella hasta ayer, en el reportaje de la tve2- los "Imprescindibles"- , y caramba, este personaje es fascinante, merece la pena conocerlo. 

Maruja Mallo es una referencia en la pintura surrealista a nivel internacional.

De ella decía Dalí que era mitad ángel, mitad marisco. Es más que eso, tremendista, meticulosa, mujer de gran carácter, su imagen está también ligada a la modernidad de los años 80.  Pero así como en lo publico es original y rebelde en lo  privado será muy protectora de su intimidad. Una mujer secreta.

En la Escuela de Bellas Artes de Madrid donde fue a estudiar, se hizo con una fama de rebelde que ya no abandonaría en toda su vida. Conoció a Dalí por cierto- siempre suspendía-. Maruja cuenta que llevaba un abrigo de pieles y nada debajo, y cuenta otro episodio en el que se quitaron el sombrero. El sombrero era un símbolo de distinción social, y ella junto a Dalí se quitaron el sombrero, (no parece grave)- y les tiraron piedras, les llamaron maricas, porque ir sin sombrero era como descubrir el 3 sexo. Vaya época y que valientes para pasar de los convencionalismos. Era la dictadura de Primo de Ribera eso tampoco ayudaba mucho.

Maruja Mallo en la época estudiantil, llego a ganar un Campeonato de Blasfemias por unanimidad. En la Residencia de Estudiantes estaban todos, y a todos les fascinaba su personalidad Buñuel, García Lorca, Pepín Bello y Rafael Alberti.

Con Rafael Alberti  vivió uno de sus grandes amores de juventud, fue un flechazo. Pero Alberti se va a Cantabria, y cuando vuelve Maruja a tenido un accidente de coche, a estado a punto de morir, lo cual les une más pero sólo por un breve tiempo. La relación se acaba cuando el poeta gaditano, que hasta entonces pensaba ser pintor, (que casualidad que encuentre a Mº Teresa y quiera ser poeta, va a ser verdad que las mujeres le influian mucho a este hombre.Como quien dice voy atando cabos) encuentra a María Teresa León y abandona a Maruja Mallo. 

Maruja Mallo y Rafael Alberti


Es Ortega y Gasset quien le da la primera oportunidad para mostrar su talento. Varios ejemplares de la Revista de Occidente muestran escenas de vida urbana. Mallo retomaría esa colaboración a su vuelta a España después de décadas de exilio, ya en los años 60. Son años en los que además de fiestas populares, sus trabajos se centran en el deporte y en los objetos.

"La verbena"
La mujer cabra

Siguen las escenas urbanas con barras de bar ocupadas por cócteles y los dibujos que realizó para ilustrar "La pájara pinta" de Rafael Alberti.
 Y de ahí se entra a una de sus etapas más inquietantes, la serie titulada Cloacas y campanarios, una colección de lienzos protagonizada por esqueletos retorcidos y pintada en tonos oscuros. 

Antes de entrar en su etapa propiamente surrealista, se exponen varios retratos de Maruja Mallo en los que se la ve como la mujer sofisticada y un punto extravagante que siempre fue. Con el rostro intensamente maquillado, de mayor también en tonos azules, pareciendo casi un payaso, luce dos piezas de baño con estampados realizados por ella misma. Su forma de presentarse en el mundo y sus cuadros llenos de tétricos esqueletos y espantapájaros sedujeron tanto a los surrealistas franceses que el propio André Bretón adquirió una de sus obras en la galería Pierre Loeb.

Al volver a España indaga en las estructuras geométricas del crecimiento del mundo vegetal. Cree que hay que imitar la forma de crear de la Naturaleza y muestra un mundo lleno de interiores de frutas y flores que recuerdan los puros estudios de líneas de los constructivistas.



La Guerra Civil le sorprende en plenas misiones pedagógicas en Galicia. Intenta escapar por Portugal, pero su marido, miembro del POUM es devuelto a España. A ella le ayuda la poetisa chilena Gabriela Mistral, embajadora de Chile en Lisboa. Exilia a Buenos Aires.

En 1939 pinta la que para ella es su obra más importante, su particular Guernica. La titula El canto de la espiga y forma parte de la serie La religión del trabajo, unas pinturas de trazo muy definido en las que ensalza el mundo del trabajo en el campo. Como hace otras muchas veces, falsifica la fecha y pone 1929 para hacer ver que era un encargo de la República. De los años de América lleva a su obra los retratos de gente de otras razas, de flores ajenas a Europa, de objetos marinos encontrados en sus largos paseos por las playas. Pero ya no volverá a pintar con el entusiasmo de antes.



En 1965 regresa a España como una desconocida y es donde hace la última curva en su caminada artística. El 6 de febrero de 1995, muere en Madrid a los 93 años, estaba ingresada en un residencia, tenía rota la cadera, y se encontraba muy sola. 
Llamaba a críticos de arte y amigos que la temían porque se podía pasar horas al teléfono, sin que su interlocutor pudiese colgarla. Muchos de ellos se quedaban dormidos mientras Maruja Mallo seguía hablando. El terror telefónico.

Como dijo María Zambrano, “El exiliado siempre vive a destiempo”, y al volver a España nadie se acuerda de ella. Va a ser en los 80 cuando la generación de la movida tome conciencia de está mujer de vanguardia, que rompió todos los clichés de su época. Después otra vez olvidada. Como si no perteneciese a la generación del 27, como  si no fuese surrealista y gran pintora. 

He encontrado que Caixa Galicia tiene una exposición sobre Maruja Mallo. Así que si vais a Vigo ya sabéis adonde ir.

Maruja Mallo
Casa das Artes. VIGO
Del 10 de septiembre al 10 de enero
De lunes a viernes, de 12 a 14 y de 18 a 21.00 horas
Sábados, domingos y festivos, de 12 a 14.00 horas
Visitas guiadas    Público general, de lunes a sábado a las 19 y a las 20.00 horas

@Cual+W

4 comentarios:

  1. Cada vez me gusta mas pasarme por tu blog...
    Y descubrir que pones mas interés en los que merecen reconocimiento y no lo tuvieron. Sigue así!

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  2. Gracias Carmen O. Me anima que te guste.Además ella era muy extravagante me gusta ese aspecto de su personalidad. Luego murío sola, decía que la capacidad como persona se mide por la cantidad de soledad que soporta.Y qué ella soportaba mucha.En la vejez supongo porque de joven arrasaba.

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  3. En realidad, "Todos morimos solos", lo peor es vivir solo, no en el sentido literal, sino en el sentido de no compartir nada, como Cernuda, ni penas ni alegrías...

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  4. Interesante texto.
    Me encanta esta mujer, artista por su vida y su obra.


    Gracias Piscitalde

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