La mujer mayor de pelo rojo, bajita dijo en el aula de la casa de cultura:”este poeta tiene el talento en el sexo”. Bastante divertida su apreciación, y es que sus amores inspiraron varios de sus libros de poesía a Cernuda. Sus musas los hombres.
“Gran poeta y mala persona” así lo califico Gerardo Diego. No sabemos si esa imagen que ha quedado de Cernuda era como cuentan, un ser solitario huraño incapaz de hacer amigos.
Luis Cernuda es uno de los mayores poetas del siglo XX, pero en su época no es comprendido, como diría Cernuda: "Se diría que aún no han nacido sus lectores verdaderos" y "hay poca probabilidad de que aparezcan" ―en esto se equivocaba Cernuda, tan atrevido en sus pronósticos. En su poesía se une la sensibilidad y el pensamiento. Era un hombre orgulloso y solitario, a su entierro en México en 1963, muerto de un infarto no acudieron más de cinco personas. Nació en Sevilla, hijo de un padre militar, y se educó en un ambiente de rígidos e intransigentes principios. Empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla y allí conoció a Pedro Salinas, que fue su profesor. En los años veinte se traslada a Madrid, donde entra en contacto con los ambientes literarios de lo que luego se llamará Generación del 27.
Pasa un año como lector de español en la Universidad de Toulouse. Al proclamarse la República, la recibe con ilusión, y siempre se mostrará dispuesto a colaborar con todo lo que fuera buscar una España más tolerante, liberal y culta. Durante la Guerra Civil participó en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia, y en 1938 fue a dar unas conferencias a Inglaterra, de donde ya no regresó a España, iniciando un triste exilio: Inglaterra, Escocia y, desde 1952, México.
En su poesía o bien enfocada al amor, a la sensualidad, o bien elegiaca echando pestes de donde vivía, ya fuera España, Inglaterra, Escocia y México, un hombre inadaptado a los sitios a la gente, su única tabla de salvación era la poesía. Un hombre sin patria.
Los tres poetas de la generación del 27, Aleixandre,Cernuda y Lorca, los tres homosexuales, que coincidencia.
Los tres poetas de la generación del 27, Aleixandre,Cernuda y Lorca, los tres homosexuales, que coincidencia.
Nunca negó su condición homosexual, factor que le hizo ser considerado en su patria un «raro» y rebelde, dada la mentalidad poco abierta de la España de entonces, «un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto», como dirá en Desolación de la Quimera. La consciencia de su aislamiento se expresa en una de sus imágenes más conocidas: Cernuda se ve a sí mismo «como naipe cuya baraja se ha perdido».
“Donde habite el olvido” uno de sus mejores libros fue el fruto poético de su relación amorosa con un chico llamado Serafín Ferro coruñés, fue Lorca quien lo conoció en Madrid en una de sus salidas nocturnas y lo presento a Aleixandre y Cernuda. Serafín se acercó a los tres y les ofreció tener sexo a cambio de un bocadillo, Lorca rehusó pero pensó que Cernuda lo podría necesitar, así es como Cernuda conoció a Serafín, que se quedo encandilado por su desparpajo y el relato de sus andanzas, se convierte en su más directo protector idealizando hasta grados extremos la figura de quien —un mantenido al fin al cabo —acabaría sumiéndolo en la que quizás deba ser considerada como la más absorbente y atormentada historia amorosa de su vida”, señala Chica.
En México se enamora de un culturista, Salvador Alighieri, que había conocido en las vacaciones de 1951; a él están dedicados los Poemas para un cuerpo.
Ramon Gaya dijo de él:
Conocí a Cernuda en un jardín. Paseaba, marchaba solo, pero iba con ese aire del que lleva a su lado unos galgos decorativos. Comprendí ya entonces que una sombra le acompañaba a todas partes, un perro inseparable y misterioso, su vida misma quizá, el boceto de una vida no vivida.
Conocí a Cernuda en un jardín, pero en realidad él siempre parece estar en un jardín. En la calle o en el salón no se le comprende. Tampoco en el campo: un jardín o una playa es su fondo verdadero.
Conocí a Cernuda en un jardín, pero en realidad él siempre parece estar en un jardín. En la calle o en el salón no se le comprende. Tampoco en el campo: un jardín o una playa es su fondo verdadero.
Canción de Sabina sobre un poema de Luis Cernuda “Donde habita el olvido”
Algunos de sus poemas:
CONTIGO
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
ESTOY CANSADO
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.
TE QUIERO.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Cual + W
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Cual + W
Muy buen post! Genial que ademas pongas poemas suyos.
ResponderEliminarEsto, lamentablemente, sigue vigente a dia de hoy:
«un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto»,